Yulín en acción

Justicia Social


Pienso que el que anda con cojos al año cojea. La comandante, alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín, me cae bien. A nivel mediático, es número uno. Va al programa de T.V. con la camisa de Oscar López, tremendo, le dedica una mención en el programa de las Fiestas, chévere. Y, entonces, vino el salto mortal: “El cateo patrio”. Esas cabriolas mentales, solo traen resbalones y estrepitosas caídas. No podemos permitir que se esté asociando la palabra patria o a la lucha por alcanzar una patria distinta y soberana con la restricción o eliminación de derechos.


Los que nos planteamos como propósito una lucha transformadora para alcanzar la soberanía tenemos que entender que no hay atajos. Tenemos que ampliar de forma clara y evidente los derechos respecto a la colonia. Tenemos que promover y establecer nuevos derechos para el pueblo, en el ámbito social, cultural y económico. Debe quedar atrás aquello que decía el poeta: “Al diablo las constituciones del mundo que a los pobres solo nos ofrecen vanos derechos”. El opresor colonialista, en su dominio total de escuelas, medios masivos de comunicación y el poder coercitivo del estado capitalista colonial ha construido en nosotros una mentalidad de rebaño ovejero. Por eso, muchos aplaudieron el cateo y repitieron inocentemente el discurso del opresor: “A mí que me registren, el que no tiene hecha no tiene sospecha”. Añadían: “Que pongan más verjas, aunque se vean feas”.

Nuestro pueblo está atrás en la identificación y el reconocimiento de sus derechos constitucionales. Esos derechos son los que separa el estado de su enorme poder, para que el pueblo reclame su necesidad de expresión libre, reunión, religión y compartir espacios públicos sin presiones. Nuestro pueblo tiene que aprender; estamos atrás y no avanzamos, en la crucial tarea de dar a conocer los derechos y promover su defensa por parte del pueblo. Nuestros derechos ante el Estado son sagrados, nunca podemos cederlos. El Estado es un mostro grande, muy poderoso

y pisa fuerte. Estarías fortaleciendo aun más a un gigante, por lo tanto debilitando tus escasos derechos. Las Fiestas transcurrieron en forma adecuada sin problemas, a pesar que no hubo cateo. La comandante Yulín quitó las verjas por "feas", le declararon sin lugar su cateo, pero ha anunciado que apelará. Jesús, Magnífica, su concepción democrática me conmueve. Su discurso luego de la decisión del Tribunal, echándole la culpa de lo que ocurriera, dejó mucho que desear, casi instó a que la gente fuera equipada para violar la ley. No quiero pensar que un problema en las Fiestas fuera un triunfo para ella, recurriendo a echar las huérfanas culpas al Tribunal, o sea, a la Constitución creada por su propio partido.

Pienso que la alcaldesa Carmen Yulín puede transformarse, serenarse, eliminar la imagen de “mandona” con la que sus rivales han hecho fiesta, reencontrarse con sí misma. Entender de una vez y por todas que el acorralamiento del pueblo con verjas y cateos son políticas de derechas y que llegó más lejos que Santini. El problema no es "de cortar cabezas sino de iluminarlas". Adelante que se puede. El que cambia libertades por seguridades termina quedándose sin libertades y con la única seguridad del miedo.