Aunque tarde, el Gobierno de los EE. UU., por vía del Departamento de Estado y su secretario John Kerry, ha ido reaccionando consistentemente en contra de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se realizó en Cuba del 28 al 29 de enero de este año.
En particular, el Gobierno de los EE. UU. objetó que nadie condenó al Gobierno cubano por las faltas de libertades en dicho país, pero también condenó o no endosó la expresión de dicha organización en su documento de declaración final, en torno a la independencia de Puerto Rico. Curiosamente, Washington habló por el Gobierno de Puerto Rico y, citando unas declaraciones que diera el subsecretario de Estado de Puerto Rico, Javier Suárez, el pasado 9 de enero en un lugar no especificado, expresó que el Gobierno de Puerto Rico no tenía interés por dicha Cumbre.
Mientras Washington se queda solo y peleando ahora contra los 33 países del continente -ni EE. UU. ni Canadá fueron invitados a la Cumbre- el dirigente histórico por la independencia de Puerto Rico, Rubén Berríos Martínez, se expresó ayer sumamente satisfecho con la Declaración de la Habana y sus párrafos 38 al 40, que destacan la importancia de la independencia de Puerto Rico. Así las cosas, hoy Puerto Rico se encuentra más cerca de América Latina y el Caribe, en el plano de relaciones internacionales, que de los propios EE. UU.
Nos parece que la postura asumida por la CELAC lo que busca es hacer justicia a los 116 años de colonialismo que el gobierno de los EE. UU. ha impuesto en Puerto Rico. Sobre todo que, y de forma general, el Gobierno de Washington ha desatendido los reclamos del pueblo de Puerto Rico para resolver de forma satisfactoria la presente situación colonial. En esta medida, los movimientos que en tiempos recientes han asumido tanto el Gobierno de Puerto Rico (referéndum político del año 2012 como la legislación para atender el estatus de Puerto Rico por parte del gobierno de los
EE. UU. ahora en el 2014) se tienen que ver también de la mano con lo que pasó en Cuba.
Ya veremos cómo se resuelve el caso de Puerto Rico.
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