¿Nos conviene un García Padilla fuerte o debilitado?

Política


Ante la crisis económica que vive el país, en conferencia de prensa incidental a la apertura de una obra de construcción en la represa Portugués en Ponce, Puerto Rico, el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, se expresó al pueblo indicándole “que no buscarán consejos en la prensa” pues esta informa incorrectamente en torno a la presente situación de crisis económica por la cual atraviesa el país. Ahora bien, objetiva y políticamente hablando, ¿tendrá razón en esta el gobernador?

Salvo muy limitados colegas de otros medios, como a su vez por algunos de los medios de prensa corporativa, la mayoría ha hecho coro de que el país se agobia, está en crisis, y que nos viene una hecatombe. Lo cierto es que nada ha pasado. Cuando el gobernador de forma enérgica indica que nos están mal informando o provocando una crisis

innecesaria, me parece que tal vez tiene razón. En esta medida, la presente coyuntura por la cual transita el país es una que requiere visión de nuestros gobernantes, debate y crítica por parte de los gobernados, y más que nada mecanismos de inclusiones de las distintas posiciones y miradas de corte democrático. Sin lugar a dudas el gobernador debe y hace referencia continuamente a su “equipo de asesores económicos”. Pero el pueblo, desde las discusiones en los cafetines, hasta los foros universitarios, está debatiendo para buscar soluciones dignas a la presente crisis Por ende, lo que todos y todas buscamos es entender y no necesariamente destruir o criticar sin soluciones.

Ahora bien, la crítica del gobernador a la prensa, ¿lo hace más fuerte o más débil, políticamente hablando? Me parece interesante. Pues ni una ni la otra, es la contestación correcta. De lo que se trata es de profundizar en nuestra cultura y vida democrática. En este sentido, ni el gobernador se puede cerrar a la banda, ni la prensa dejar de hacer su trabajo; aunque se espera que un grado de objetividad opere por parte de unos como de los otros.

En el quehacer de la vida política, la presente coyuntura es lo mejor que nos podría haber pasado. Se trata de una gran oportunidad para intentar resolver, al mismo tiempo, varias alternativas. A manera de ejemplo, y luego de un fuerte coro por parte de la sociedad civil, el gobernador aceptó renegociar la deuda con los bonistas. Esto es un paso de acierto. Tal vez, lo que amerite ahora es ir pensando cómo modificar la constitución, que dispone que los bonistas cobran siempre primero.

Pues bien, que continúe el debate, la crítica y que se asuman posiciones. Solo así podremos saber que tenemos que hacer o no hacer.