La degradación y la privatización expedita, ¿Vamos por el rumbo correcto?

Política

Deseo ser cuidadoso con la crítica, pero ante la situación en la cual nos ha dejado la casa acreditadora Standard and Poor’s (S&P). En particular porque estamos todos medios preocupados con la situación, y ante la falta de otro liderato, el único que tenemos es el que nos dirige: el gobernador Alejandro García Padilla y su equipo económico. Dicho esto, ya han tomado varias medidas, que algunas son interesantes, pero otras son una invitación a lo que podría ser la venta total de Puerto Rico. En esta medida seamos cautos en celebrar o llorar las respuestas tomadas por el gobernador y su equipo.

Lo más importante es sacarte el golpe del sistema. En otras palabras, el mejor antídoto a la degradación que nos impuso S&P es pensar que la misma no tiene un efecto inmediato o totalizador en la vida diaria de nosotros. En la medida, que sigamos cumpliendo con nuestras obligaciones, es el mejor remedio para esta enfermedad llamada S&P. Por otro lado, que el gobierno pondere respuestas de corte soberano, también puede ser una solución. Y, ¿por qué no tomar acción legal contra S&P? Ahora bien responder con la profundización de la “culpa” colectiva, es decir, no cumplimos correctamente con esta casa acreditadora, por lo tanto tenemos que tomar más acciones que profundicen en la reducción o eliminación de las tareas del gobierno central, es a fin de cuenta una respuesta colonial del sujeto subordinado que asume y no cuestiona al amo.

Ahora bien, el gobierno asumió una postura interesante, de corte soberano, como poder y autoridad, cuando decidió renegociar con las cooperativas del país el pago de intereses por la cantidad de $77 millones que las mismas tienen invertidos en bonos del gobierno. Esto es una buena idea, con la cual queda marcado que el Artículo VI, sección 8, el cual nos define la deuda constitucional y la obligación de siempre pagarle primero a los bonistas, no es una regla escrita en piedra. En otras palabras, el gobierno puede negociar poner en moratoria dichos pagos. Esto, tomando por ejemplo el caso de las cooperativas, constituye un precedente a seguir. Que durante el 2014 y 2015 se ponga en suspenso el pago de intereses a todos los acreedores/bonistas del gobierno de Puerto Rico.

Dicho lo anterior no podemos pensar que el resto de las medidas a ser adoptadas por el gobierno reflejen la venta de todos los activos de gobierno (fincas, edificios, activos) y por otro lado la descentralización y regionalización de los servicios públicos esenciales, ahora delegados a los municipios. En otras palabras se reduce un gobierno central en tamaño y se expande el gobierno municipal, con menos recursos económicos. En otras palabras, tenemos aquí en principio una receta al colapso económico, en la medida que se reduce la velocidad del desarrollo económico, y de paso se pierden beneficios en función de la reducción de la tarea gubernamental.

Me parece que el gobernador García Padilla y su equipo económico, a lo que nos conducen es a una serie de medidas de corte neoliberal, en el sentido amplio y ancho del término, que en resumen nos comenzarán a dejar más empobrecidos y menos capaces de resolver nuestro día a día.

Y que conste no va haber despedido. Lo que si va haber es más pobreza socializada. Nuestra capacidad económica se va reduciendo. ¿Se podría hacer otra cosa? Pues claro que sí. Habría que promover otro tipo de respuesta a partir de un proyecto de comisión nacional de país, y por vía de un grupo de asesores. Hay que cambiar la fórmula de participación para encontrar otras soluciones. Necesitamos soluciones soberanas, no del estado, sino del pueblo soberano.