El país está al borde de entrar en una quiebra total. Estamos luchando, y sin lugar a dudas es el estado el que nos dirige en este difícil momento. Como parte de todas las iniciativas para superar la crisis, una de ellas fue el mensaje que el gobernador, Alejandro García Padilla, ofreció al país hace ya 10 días. En el mismo nos indicó que no habría de solicitar un préstamo por vía de emisión de los bonistas (prestamistas al gobierno), para cuadrar el presupuesto del país. Ante esto, el gobierno ha tomado una serie de iniciativas para ajustar la nueva situación económica, luego de que en las pasadas dos semanas las tres grandes casas acreditadoras, Fitch, Standard and Poor´s y Moody´s, degradaron el crédito del país a nivel especulativo, es decir comúnmente conocido como “chatarra”.
Bajo esa línea de pensamiento, el gobierno decidió reestructurar el presupuesto nacional, por vía de ahorrar $170 millones del gasto general del gobierno. Esto representa cortar gastos en un 2% en todas las agencias, reducir los contratos y sueldos de consultores y personal de confianza. En la práctica significa, o uno espera, que el gobierno opere de forma más eficiente. Esto es una aspiración la cual solo podremos evaluar a fines del año fiscal (30 de junio) y ver si hemos tenido gestión pública, a menor costo, y más eficiente.
Dicho lo anterior, en el día de ayer, la Cámara de Representantes de Puerto Rico aprobó, como antelación a la misma gestión que debe hacer el Senado, de autorizar la emisión de bonos para la venta por un valor de $3.5 mil millones de dólares. Este dinero no se va a utilizar en la gestión de gobierno, sino para el servicio y pago de la deuda pública del país. Es decir, es para sumar a la existente deuda de $71 mil millones, y poderle pagar a los bonistas extranjeros, que distinto a los acreedores residentes en la isla, han solicitado el pago de su deuda o de los intereses, independientemente de la situación económica por la cual atraviesa el país.
Lo importante es afirmarnos como país, ser creativos y superar la presente crisis. Ahorrar en el presupuesto anual, es una buena medida. Pero endeudarnos nuevamente, es continuar por el camino incorrecto. Que tomen nota nuestros gobernantes.