Puerto Rico en vías de convertirse en un megapunto de drogas

Economia Solidaria

Aceptémoslo, desde la década de 1980, muchos académicos, activistas y personas comunes y corrientes indicaron que la política pública en contra al trasiego de las llamadas drogas o narcotráfico estaba convocada a ser un fracaso. Es decir, la llamada “guerra contra las drogas” que promovió el entonces presidente de los EE. UU., George Bush, padre, más de 35 años después, ha fracasado. Tanto el Gobierno metropolitano de los EE. UU., en el caso de la principal droga producida y consumida en dicho país, la marihuana, está promoviendo su legalización de forma regulada y con ciertos fines y propósitos. De igual forma, el Gobierno del territorio colonial de Puerto Rico, se encuentra discutiendo hoy en la legislatura local, la posibilidad de regular no solo el consumo de ciertas drogas, en particular la marihuana, pero también de regular su producción agrícola.

Es decir, ante la crisis económica que atraviesa el País, cuya capacidad crediticia fue declarada en bancarrota recientemente por las llamadas tres grandes firmas de evaluación de crédito (Fitch, Standard and Poor´s y Moody´s), el Gobierno y ciertos sectores de la población, solicitan la producción agrícola de la marihuana como forma de apalear la crisis. La pregunta es si debemos o no hacerlo.

Un sentido pragmático sugiere que debemos de hacerlo. A fin de cuentas, la marihuana es simplemente otro bien, recurso, que se puede explotar como cualquier otro. No obstante, es importante destacar que la legalización de la marihuana, como cualquier otro asunto históricamente ilícito, requiere como mínimo de un proceso educativo y cultural, con el cual tenemos que familiarizarnos. En particular, porque las drogas en general ya han convivido con más de tres generaciones que han visto siempre afirmada su prohibición.

Ahora bien, ¿si pasamos el esfuerzo de decir que la marihuana es legalizable, no deberíamos pasar el mismo ejercicio en cuanto a otras drogas? Esta es la pregunta más difícil, donde definimos la línea en cuanto a que drogas sí y cuáles no. A manera de ejemplo, el alcohol tiene múltiples variedades, y todas son legales, siempre y cuando cumplan, entre otros asuntos, con las regulaciones del Departamento de Salud. Pero si nos movemos en esta dirección, luego de más de 70 años de prohibición de las drogas en general, nos moveremos no sin contradicciones, a convertirnos en el “megapunto de venta de drogas del Caribe”.

 ¿Estamos preparados para ir de un extremo a otro? Lo dudo.