Recientemente se realizó en la ciudad del Viejo San Juan, un evento sin igual: el festival de circo y teatro callejero Circo-Fest 2014. Se trataba de un evento pionero en su clase para Puerto Rico, aunque para los países que participaron, entre otros Italia, España, Brasil, y Argentina, es una conocida tradición. Pero lo más elocuente de este festival de dos días realizado el pasado 15 y 16 de febrero, lo es el hecho de que la actividad fue organizada de forma orgánica por dos jóvenes teatreros, contó con limitado apoyo del municipio de San Juan, y prescindió del apoyo tradicional que los patrocinadores de eventos al aire libre en Puerto Rico suelen ofrecer. Por tratarse de un evento “familiar”, el mismo no contó con el apoyo de las grandes casas cerveceras o de venta de alcohol. Esto hizo una importante diferencia.
En particular, la diferencia estriba en que la actividad la cual logró que una de las dos arterias principales del viejo San Juan fuera cerrada al tránsito vehicular, la calle San Francisco, y se convirtiera en una gran vía con 10 estaciones de actividades circenses y teatrales. Así las cosas, sin casas cerveceras de por medio, y más aún el alquiler mandatario de los llamados “kioscos” o puntos de venta de cervezas al aire libre, el efecto fue que a lo largo de la media milla de dicha arteria vehicular, los parroquianos se dedicaron a consumir en los negocios ya existentes. El efecto de esto fue una interesante integración entre el pequeño capital ya existente, la actividad cultural y los comensales.
Anoche el afamado grupo de música urbana puertorriqueño, Calle 13, inspiró con sus ritmos políticos a todos los presente frente a la entrada principal de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Así las cosas, la actividad con el apoyo de una casa de telefonía móvil, no introdujo el modelo de “quioscos”, lo cual nuevamente permitió que los más de 7 mil jóvenes allí presentes consumieran durante la velada en los locales que existen ya en los predios de la universidad.
En fin, que si algo tiene promover una economía de la solidaridad, de forma orgánica, es mediante la integración de los eventos culturales que se dan en regiones en particular con los negocios existentes en dicha área. En dos eventos recientes esto ha sido un éxito para los negocios existentes.
Le sugerimos al Municipio de San Juan, que para las próximas Fiestas de la Calle San Sebastián, el evento público más grande de Puerto Rico, que pondere seguir la huella de los eventos aquí destacados. Esto por el bien de los negocios que durante todo el año existen y conviven en el Viejo San Juan, y para los cuales los cientos de “kioscos” como de ventas callejeras, les socavan sus ganancias.
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