¿Quién despide a Ataveyra Medina?

Justicia Social

Hace más de un año, en este periódico cibernético, destacamos que la selección de Ataveyra Medina Hernández al puesto de coordinadora de cultura, seguridad y calidad de vida en la oficina del gobernador, Alejandro García Padilla, en la Fortaleza, era un buen comienzo. Siempre pensamos que la selección de la joven abogada y activista cultural, denotaba haber ponderado de forma adecuada la elección de persona para la posición que se necesitaba llenar. Ahora bien, el viernes pasado, luego de ciertos rumores que circularon a través de los medios de comunicación, Ataveyra Medina Hernández, optó por renunciar.

¿De qué se le acusa? Al momento no se le acusa de nada. Simplemente, que el pasado mes de agosto, cuando regresaba a su casa tempranas horas de la mañana, tuvo un accidente de auto, y por poco pierde la vida. Una vez se recuperó, en noviembre del año pasado, regresó a su trabajo. No obstante, la semana pasada algún medio de prensa, cibernético o radial, le imputó a Medina Hernández, a través de una entrevista al secretario designado de justicia, Cesar Miranda, que la investigación en torno al caso de Medina Hernández, no solo estaba retrasada, sino que daba la apariencia de que se manejaba a beneficio de la joven. En fin, el rumor versa de que el informe de la sangre sobre la prueba de alcohol que se le realizó a la joven al momento del accidente, daba positivo. No sabemos si por encima de lo permitido por ley, pero sí que daba positivo.

Entonces, y para fines de la conversación, me pregunto: ¿Dar positivo representa que uno debe renunciar a su puesto en el gobierno? No creo que es el interés ni el alcance de la Ley de Ética Gubernamental, por la cual se rigen todos los empleados en el servicio público. En esta medida, el que viole la ley, debe asumir las consecuencias de sus actos. No obstante, no creo que sea mandatorio renunciar al gobierno. Hay que ver cada caso en su contexto, pero en el caso de Ataveyra Medina Hernández, puesto desde la perspectiva de su trabajo frente a un accidente ocurrido a altas horas de la noche, en su coche privado, y por lo cual de forma privada ella debe responder, no estoy seguro que la renuncia proceda o sea el mejor remedio.

En el caso de Medina Hernández, hemos perdido hoy a una persona que tenía la sensibilidad y las ganas de hacer un buen trabajo. Todo indica que la mentalidad del castigo como exclusión, se impuso una vez más en Puerto Rico.

¿No será momento de modificar dicha mentalidad punitiva? Que los sistemas de información, prensa y medios, no se conviertan en jueces, fiscales y partes en la difusión de noticias en torno a los funcionarios públicos. Estaríamos entrando en una zona mucho más complicada que normalmente nadie quiere cuestionar: ¿Para quién trabajan los medios informativos?