La cultura democrática por fracción decimal

Cultura

En el día de hoy, el Tribunal Electoral de la República de El Salvador concedió la victoria por la candidatura a presidencia al partido Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Este se impuso 50.11 por ciento por encima del principal partido de oposición, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), quien recibió el 49.89 por ciento de los votos. La victoria, por un estrecho margen, llevó al Tribunal Electoral a hacer un segundo recuento de votos, que confirmó lo establecido, ya desde el domingo cuando se habían ofrecido resultados similares a los hoy convalidados. Dicho lo anterior, los resultados de El Salvador, son similares a los de Venezuela en la elección especial del 2013 en la cual salió electo el presidente Nicolás Maduro. Lo que lleva a preguntarse: ¿Las elecciones democráticas ganadas por estrecho margen, son válidas?

Esta pregunta es fundamental, puesto que desde el año 2000, a partir de las elecciones en los EE.UU., donde George W. Bush se impuso a Al Gore por escaso margen, la tendencia en este continente es que los que ganan, no lo hacen de forma abierta en todas las ocasiones. No nos olvidemos, que en las elecciones del 2004 en Puerto Rico, el gobernador electo, Aníbal Acevedo Vilá, se impuso por un escaso margen de menos del 2% de los votantes, no obstante alcanzó, luego de un recuento, la victoria electoral.

En el debate que ha abierto Venezuela, a partir de la última crisis política que vive dicho país, desde el 12 de febrero de 2014, es si un gobierno electo democráticamente puede ser derrocado por las fuerzas sociales que se oponen a este. Es curioso, y contraria a la postura del gobierno de Washington hoy, que todos los países de América Latina, salvo Panamá, han cerrado filas con el gobierno de Venezuela y su mandato constitucional validado por las urnas electorales.

América Latina valida hoy un cambio cultural mediante el cual, lo que se haya decidido en las urnas, mientras sea democrático y legítimo, es el mandato del pueblo. Eso es un cambio cultural fundamental. Cuando uno gana, gana, y cuando uno pierde, pierde. Entonces esto es otro momento de la consolidación de la cultura y vida democrática. Apostemos al mismo.