La actividad de los 33 hombres negros por Oscar, celebrada en la plaza pública de Humacao el pasado domingo, 23 de marzo, dio comienzo a eso de las 12: 30 de la tarde, luego de la culminación de la misa de la Iglesia Católica. Inmediatamente comenzaron a salir las personas de la iglesia comenzó un toque de bomba, cuya letra hace alusión a los granos que se preparan en el pueblo de Humacao. Al escucharse los cánticos y los tambores se fueron arremolinando los asistentes de la misa y se dedicaron a escuchar la música sorprendidos con lo que estaban viendo.
Inmediatamente, el profesor Beltrán procedió a leer al público el manifiesto relacionado con la abolición de la esclavitud en Puerto Rico. El manifiesto fue escuchado con detenimiento por los presentes. Esta lectura aclaró que no se iba a tocar bomba para bailar solamente, sino que había un propósito libertario. Se explicó que el fundamento era apoyar la excarcelación de Oscar López Rivera, y así fue entendido por los que allí estaban.
La actividad fue incrementando en su carga emocional por otro número de bomba, lo que provocó que una pareja procediera a bailar según el sonido de los tambores. Luego, Héctor Bermúdez Zenón pudo explicar cómo fue la esclavitud en Puerto Rico. Asimismo, el ponente introdujo el tema de las reparaciones, es decir las exigencias llevadas por las islas del Caribe inglés y francés a los países que se beneficiaron de la esclavitud.
El ambiente festivo se mantuvo cuando Melvin Román declamara su poesía caracterizada por el orgullo étnico y nacional. Posteriormente, el grupo de músicos nos deleitó con los números clásicos como Caravan y el Cumbanchero a ritmo de bomba. Fue tanta la alegría que los presentes prometieron volver a llevar a cabo otra celebración el próximo año. La actividad demostró que a pesar de las humillaciones que recibieron nuestros antepasados negros siempre se mantuvo el orgullo y la dignidad de su humanidad reflejada en actos y en la conducta de personas como Oscar López Rivera. Y esto, la dignidad que ha sabido mantener por 33 años Oscar López Rivera, se ha dado muy a pesar del martirio que le ha tocado vivir, para así elevar la estima colectiva del pueblo puertorriqueño.
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