Para el día de mañana, domingo 30 de marzo de 2014, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados de Puerto Rico (AAA) anunció en la página web y mediante un comunicado de prensa, que habrá suspensión del servicio de agua potable para los municipios de San Juan, Arecibo, Manatí, Hatillo, Morovis, Dorado, Vega Baja, Ciales, Caguas y Juncos. En este sentido, todo luce que nos vamos a tener que chupar que nos corten al agua, que continúe el mal servicio con salidores en sumideros y aumentos en todas las tarifas de la AAA.
No obstante, esta noticia no afectará a aquellos afortunados, que tiene cisternas y/o que viven en altos edificios entre el lujo y confort. Por otro lado, los de abajo estaremos oprimidos; viejos que necesitan del líquido para su diaria subsistencia, enfermos, y niños también, además de millones de familias que necesitarán y que no podrán depender de agua mañana. Olvídese de los empresarios en este caso, esto es algo básico.
Sobre los comerciantes, la semana pasada me comuniqué con el dueño de un restaurante de Miramar que estaba preocupado por el alto costo del agua cada mes y del mal servicio. ¿Cuántos platos tendrá que vender ese empresario para cumplir con esa obligación perpetua de la AAA? Es lamentable que en última instancia, quien terminará pagando serán los empleados/obreros del local; con salario bajos, y pocos o ningún beneficio.
Es por esa razón que lo único que me viene a la mente es este momento pura indignación. Ante el ocaso de que no habrá agua mañana domingo en la capital de Puerto Rico, San Juan, por lo que nos tendremos necesariamente que apuntar ese primer baño semanal. Me pregunto dónde están los sindicatos de este país, dónde está la justicia y la oposición popular; porque si con aumentos, mal servicio y suspensión de servicios el pueblo no reclama su dignidad, me temo que probablemente nunca sucederá. La piña está agria y no hay de otra que chupársela, sin agüita.