Hace un tiempo una lectora de una de mis columnas, que versaba sobre el panorama actual y los estudiantes que se graduaban, reaccionó molesta porque según ella no había porqué quitarles la ilusión a los jóvenes... Lo cierto es que, para mí, describir el entorno solo ocupándome de lo positivo me aleja, por ejemplo, de la realidad que experimentan quienes esperan junto a mí, cada día, una guagua; o de la experiencia que implica contar las monedas remanentes del sueldo devengado y percatarse que con el próximo aumento a $1.50, el tren urbano no será alternativa de transporte.