Pedro Antonio Valdez (La Vega, República Dominicana, 1968-), escritor, editor, educador e investigador. Formado en educación, tiene una mención en Filosofía y Letras (Summa Cum Laude); Completó estudios en Lingüística y Literatura en la Universidad del Caribe (2019) y completa en la actualidad su grado de Maestría en Literatura en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Valdez se ha destacado en el cuento y la novela, y es co-autor de Los nuevos caníbales: antología de la más reciente cuentística del Caribe hispano (2000), premiada por el Pen Club de Puerto Rico como la Mejor Antología de Cuento. Entre sus cuentos y novelas premiados, Papeles de Astarot (1992, Premio Nacional de Cuento), Bachata del ángel caído (1999, Premio Nacional de Novela), Naturaleza Muerta (2000, Premio de Literatura, Universidad Central del Este), Carnaval de Sodoma (2002, Premio Nacional de Novela), La Salamandra (2002, Premio Nacional de Novela) y Dromedáriux: La Batalla del Armario (2013, Premio novela infantil El Barco de Vapor, de Ediciones SM). Arturo Ripstein llevó al cine u novela Carnaval de Sodoma. En el 2010 obtuvo la Townsend Fellows, reconocimiento que le permitió ser tallerista a la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos. Pedro Antonio me ha dado respuesta a unas preguntas que me enorgullece nos haya contestado. Son todas para ser compartidas con vosotros.
1.1 Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Recientemente publicó Dominicanos (2019). ¿De qué trató o tratas en esa colección de cuentos? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?
1.2 Pedro Antonio Valdez (PAV, en adelante) – Dominicanos es un libro que compendia cuentos donde el dominicano, el varón dominicano, jode la cosa. Se trata de narraciones en la que los personajes se pueden localizar sin dificultad en espacios de la República Dominicana. En esto se diferencian a muchos de mis relatos, por no decir la mayoría, cuya locación responde a espacios y temporalidades externas a la contemporaneidad dominicana. Digamos que la idea me surgió hace muchos años, cuando tuve en mi poder unos tres o cuatro cuentos que no habían sido creados con la idea de compartir en un volumen, pues no necesariamente guardaban, desde mi óptica, cierta homogeneidad. Algunos eran inéditos; el más antiguo tenía unos 30 años de existencia. En esa misma dirección tengo en carpeta Dominicanas, cuentos donde la mujer dominicana es quien jode la cosa.