La reciente oleada de ayunos está poniendo en peligro la gobernanza municipal. No se trata de que con el ayuno Aníbal Vega Borges, Mayita, José Guillermo, Abel Nazario u otro de los alcaldes vaya a morir de inanición, obviamente los ayunos son de mentira, sino que se pone en peligro la gobernabilidad democrática. A los alcaldes que han decretado días, semanas, meses o años de ayuno y humillación se les olvida que nuestro país es legalmente un país secular. Honestamente yo no sé ni por qué tenemos que estar recordándole a los alcaldes que existe una cosa llamada “separación de Iglesia y Estado”. No se trata, como algún grupo afirma, de eliminar la libertad religiosa. Recientemente me topé con un escrito de un supuesto abogado, y digo supuesto por que no es posible ser abogado y decir cosas como esas, diciendo que lo que el Departamento de Justicia quería, en el caso de los pedófilos encubiertos por el Obispo de Arecibo, era atentar contra la libertad religiosa de todo el mundo.
El llamado a la reforma contributiva es una manera fácil de atraer la atención de los puertorriqueños, quienes están sobrecargados de impuestos, por lo tanto, no debe de sorprender que el Presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Perelló, haya celebrado una conferencia de prensa sobre este tema junto a Rafael “Tatito” Hernández, el legislador que dirige la Comisión de Hacienda del cuerpo legislativo. Lo único es que el puertorriqueño no tiene todavía claro de qué consiste esa llamada reforma. 
Seamos honestos: cualquier conversación hoy en torno al histórico debate del estatus de Puerto Rico, se concentra en examinar la total incorporación de Puerto Rico a los EE.UU. Esto es lo que se conoce en Puerto Rico como el movimiento estadista, el cual lucha por la total anexión de la isla a la federación de los EE.UU. Ahora bien lo que no se acepta ni se ve de forma honesta como el antídoto que puede detener la estadidad, es la gestión que realice el principal partido político hoy en Puerto Rico, y actual administrador del gobierno: el Partido Popular Democrático (PPD). 
Amparados en una visión equivocada, hay quienes sugieren que el aumento del crimen en Vieques en años recientes y los incidentes violentos en estos días se deben a la salida de la Marina de Guerra de Estados Unidos. Nada más absurdo. 
Cada cierto tiempo el Partido Popular Democrático regresa a sus raíces populistas. El asunto de la energía eléctrica es uno que levanta esas pasiones del pueblo. Todo el mundo, incluyéndome, tiene una historia de horror con la AEE. Esas situaciones colocan en un lugar vulnerable a la administración de la AEE, pero afectan también al liderato obrero, ya que el pueblo no logra, usualmente, separar una de otra. 
Los niños son adorables, pero también pueden ser muy crueles. Una medida para lidiar con el hostigamiento físico y emocional, conocido hoy día como “bullying” ya pasó el pleno del Senado, pero por alguna razón está varada en una comisión de la Cámara de Representantes.