(San Juan, 9:00 a.m.) Los intelectuales orgánicos del movimiento estadista de Puerto Rico, intelectuales y académicos en la isla como en los EE.UU., se han dedicado a escribir columnas explicando que la estadidad ganó el plebiscito del pasado 3 de noviembre de forma “contundente”. Los que vivimos en Puerto Rico, tenemos dudas de esa aseveración. Lo cierto es que las columnas de opinión en los EE.UU. florecen en todas las esquinas. Es momento de hacer una contra ofensiva por la independencia, y provocar un freno a la avanzada estadista.
Todo indica que el movimiento estadista, históricamente vinculado al Partido Nuevo Progresista, tuvo nuevos aliados en las elecciones del 2020. En particular por vía del Partido Dignidad y por vía del Movimiento Victoria Ciudadana. Desde esta mirada, la estadidad tuvo el empuje por parte de estos movimientos que ya fuera por su activismo o por su silencio, apoyaron la opción del Si en el plebiscito de noviembre.
Ahora le toca al independentismo, dentro y fuera del Partido Independentista Puertorriqueño reaccionar sobre este evento y asumir una postura vertical por la independencia nacional. También utilizar la oportunidad para explicar, en números, y como se diría en calle “en pesos y centavos”, lo que realmente ocurrió con este evento.