(San Juan, 9:00 a.m.) Al día de hoy, el pueblo organizado en sectores sociales, no se ha manifestado en contra de la ley PROMESA. Menos aún, las manifestaciones en contra de la Junta de Supervisión Fiscal, Gerencia y Estabilización de las Finanzas de Puerto Rico (la Junta), no han sido significativas. En otras palabras, la movilización de los sectores sociales más afectados, los empleados públicos o beneficiarios de los servicios públicos, aún están por verse.
¿Qué ha pasado? La principal estrategia que ha utilizado el independentismo, así como los sectores afines a la izquierda, ha sido la teoría del miedo. Bajo la misma se ha procurado decir que bajo la ley PROMESA o la Junta, “nos pasará esto, lo otro y lo otro”. Lo cierto es que en los primeros 30 días de haber entrado en vigor la referida ley, no ha pasado nada. Que realmente hablando el impacto de la ley en el pueblo y en particular en los sectores más afectados, aún está por verse, una vez los miembros de dicho cuerpo sugieran medidas fiscales, y las mismas sean implementadas.
El miedo ha probado, no obstante, en ser la peor herramienta que se pueda utilizar para cuestionar el impacto de la ley PROMESA o la Junta. No ha sido exitoso este proceso, y eso ha dejado a más de uno en la sociedad boricua, sin estímulo para seguir cuestionando tanto la ley, como a su vez el colonialismo en Puerto Rico.