“llegando a mí paso a paso en treguas de mar
al marullo final desnuda como niña de papel”
-Al otro lado, el puente, de Ana M. Fuster
Entre luces con Ana María Fuster Lavín
“llegando a mí paso a paso en treguas de mar
al marullo final desnuda como niña de papel”
-Al otro lado, el puente, de Ana M. Fuster
Ana María Fuster Lavín nació en San Juan, Puerto Rico (1967). Se concentró en música y Estudios Hispánicos en la UPR-Río Piedras. Además, de ser escritora, es editora, correctora, redactora de textos escolares, coordinadora de balompié infanto-juvenil y columnista de prensa cultural. Ha ganado diversos premios en ensayo, cuento y poesía. Sus escritos han sido publicados y traducidos al inglés, francés, portugués, danés e italiano. Fue invitada especial por Syracuse University, para ofrecer un recital bilingüe y publicado en su revista Corresponding Voices, además ha participado en lecturas de cuentos y poesía en España, México, República Dominicana. Fue coeditora junto a Uberto Stabile de (Per)versiones desde el paraíso, antología de poesía puertorriqueña de entresiglos (Rev. Aullido, España, 2005). Su obra está incluida en distintas antologías puertorriqueñas e internacionales en poesía, narrativa y ensayo. Ha publicado: Verdades caprichosas (2002), cuentos, premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña. Réquiem (2005), novela cuentada, premio del PEN Club de Puerto Rico. El libro de las sombras 2006), poemario, premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña. Leyendas de misterio (Ed. Alfaguara infantil, 2006), cuentos infantiles. Bocetos de una ciudad silente (2007), cuentos; El cuerpo del delito (2009), El Eróscopo: daños colaterales de la poesía (2010) y Tras la sombra de la Luna (2011), poemarios; la novela, (In)somnio (2012); libro de cuentos breves y microcuentos, Carnaval de Sangre (Ed. EDP University, 2015); la novela, Mariposas negras (2016); y, recientemente, publicó los poemarios Última estación, Necrópolis (2018) y Al otro lado, el puente (2018).
IM: Tus versos nos toman de la mano, o por los dedos de la mano, por un camino cegador: la locura del poema, la locura del poeta o, simplemente, la locura. Una locura que dialoga con todos tus poemas, en especial, en cierto aspecto, con tu primer poemario, El libro de las sombras, donde nos encontramos con tu ventana y ese colorido conjunto que te identifica: el amarillo ámbar, el azul del mar, la mariposa, los pétalos, la ventana; y, que resurgen en “Al otro lado, el puente” con novel fulgor, furia, pasión: ¿intratexto del desdoblamiento de la voz poética, de ese “yo” que se encuentra y desencuentra?
AMFL: Pienso que, a pesar de matices, intenciones y el camino recorrido de aprendizaje literario y experiencias de vida, de alguna manera se comunican los poemarios. El libro de las sombras, el primer poemario que publiqué (había escrito tres anteriormente que nunca publiqué y que no haré), podría acariciar desde el pasado, desde el extremo de otra ventana o puente a este nuevo poemario, soy la misma persona, pero con muchos años más a cuestas, se llevarán más de doce años. El tema de la locura, de la soledad, del dolor de la muerte de etapas de la vida, pero siempre presente la esperanza de construir, de reconstruirse, de la palabra (en términos del acto de escribir) como horizonte y salvación. El estilo es muy distinto entre ambos poemarios, pero el puente siempre es el mismo. Al otro lado, el puente es mucho más intimista, personal, sensorial y, a la vez, mucho más trabajado que El libro de las sombras. En fin, que El libro de las sombras es abierto, un macromundo, y Al otro lado, el puente, es cerrado, es mi mundo personal desnudo ante el lector.