Este asombroso documental indaga en la triste vida de Björn Andrésen, el adolescente sueco que Visconti descubrió para su ‘Muerte en Venecia’.
Era un adolescente tímido y retraído. Una belleza de otro planeta. Tenía 15 años cuando su abuela lo empujó a un casting. 'El hombre más guapo del universo'. Pero la película iba a ser una experiencia aterradora que le dio una fama que destruiría su vida.
Visconti necesitaba encontrar al ángel de la muerte de la novela de Thomas Mann y la belleza de Andrésen no respondía solo a unos rasgos perfectos. La historia de un músico alemán, Gustav von Ashenbach —inspirado en Mahler y el propio Mann e interpretado por Dirk Bogarde—, que se refugia en una Venecia decadente y crepuscular, infectada de cólera, al descubrir allí a un inalcanzable adolescente polaco, Tadzio, le servía al cineasta italiano para desafiar una vez más al mundo con su poderoso refinamiento. “La belleza absoluta existe, pero todo el mundo sabe que mirarla de frente es mirar a la muerte”, afirmaba Visconti al hablar de la película. El sofisticado aristócrata del norte de Italia, comunista y homosexual, el director que había encumbrado a Helmut Berger, “el hombre más guapo del universo”, según acuñó.