(San Juan, 1:00 p.m.) Los días 1 y 2 de marzo, se presentó el Ballet Nacional de Cuba en Puerto Rico.  La histórica compañía fundada por la insigne primera bailarina, Alicia Alonso. La delegación de bailarines se presentó en el Centro de Bellas Artes de Santurce, bajo la dirección de la hoy primera bailarina. Viengsay Valdéz.  Ante un lleno total ambas noches, la delegación cubana se regreso en la madrugada del domingo a Cuba, llenos de emoción por lo que representa en retorno de los intercambios culturales entre ambas antillanas.
La compañía presentó dos piezas, Don Quijote y Carmen.  Ambas representaciones epitomizan lo mejor del ballet cubano, las cuales le han dado una presencia a nivel mundial a esta compañía de ballet de origen caribeño. Importante siempre hay que destacar que de las cinco academias o escuelas de ballet, es decir el método de ballet, Cuba es hoy una de importancia a nivel mundial, posición que comparten con Rusia y Francia, Reino Unido y Dinamarca. 
En entrevista exclusiva para este medio, la directora ejecutiva de la compañía Viengsay Valdéz expresó, “que presentamos la versión nuestra de Carmen, la cual por via de Alicia Alonso se llevó a su máximo expresión. Esta es la versión que mas ha trascendido sobre este personaje.  Es una de nuestra obra más identitaria”.
A preguntas de su ultima presencia en Puerto Rico en el 2016, nos comentó Viengsay Valdéz, que “el ballet está muy remozado, con mucha gente joven, y mantiene el legado de Alicia, Fernando y Alberto Alonso”.
En fin, que tener a la compañía del Ballet Nacional de Cuba, para nosotros en Puerto Rico, es un soberano lujo. ¡Gracias Cuba!

(San Juan, 9:00 a.m.) Comenzamos un nuevo mes con nuevos retos. En el calendario gregoriano, marzo es el tercer mes del año y tiene 31 días. Su nombre deriva del latín Martius, que era el primer mes del calendario romano.​ Martius a su vez se deriva de Mars, el nombre en latín de Marte, dios romano de la guerra.
En el mes de marzo  recordamos cuatro de los más importantes sucesos en la larga lucha de nuestro pueblo contra el colonialismo estadounidense, y por su soberanía e independencia. Ocurridos en diferentes décadas del siglo XX. Hace un tiempo leía que  dichos sucesos son el  reflejo, no solo de la constancia y valentía de una lucha heroica y desigual, sino también de los extremos de opresión y violencia a que ha llegado el régimen colonial de Estados Unidos en Puerto Rico por sofocarla y hacerla desaparecer.
En orden cronológico esos sucesos son: la Masacre de Ponce el 21 de marzo de 1937, el Ataque al Congreso de Estados Unidos el 1 de marzo de 1954, el asesinato, por parte de la1 Policía de Puerto Rico, de la estudiante de la Universidad de Puerto Rico, Antonia Martinez Lagares, el 4 de marzo de 1970, durante una protesta contra la presencia del militarismo estadounidense y del ROTC en nuestro principal campus universitario, y el asesinato de Santiago Mari Pesquera, hijo del líder independentista y Secretario General del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), Juan Mari Brás, el 24 de marzo de 1976. Cuatro fechas que han quedado inscritas en la historia y en la conciencia colectiva de nuestro pueblo entre los sucesos más dramáticos e imponentes del convulso siglo veinte en Puerto Rico.
La Masacre de Ponce fue un acto de violencia indiscriminada y fatal del régimen colonial de Estados Unidos en Puerto Rico -entonces capitaneado por un gobernador norteamericano y matón llamado Blanton Winship- contra una manifestación pacífica de miembros del Partido Nacionalista Puertorriqueño y otros independentistas en la ciudad de Ponce. El saldo fue de 19 muertos y 235 heridos, todos civiles desarmados excepto dos policías que cayeron bajo el fuego cruzado de sus propias armas. La reacción masiva a la barbarie fue tan fuerte en Puerto Rico, Estados Unidos e internacionalmente que el propio gobierno estadounidense nombró una comisión que produjo el informe que sacó de Puerto Rico al susodicho gobernador colonial y trajo el descrédito y la reorganización del cuerpo policial.
El ataque al Congreso de Estados Unidos el 1 de marzo de 1954-hace 70 años- fue la culminación y consecuencia de ese ciclo de violencia anti Nacionalista y anti independentista que el gobierno de Estados y sus  administradores coloniales habían desatado. En el año 1950 ocurrieron dos actos trascendentales: la insurrección Nacionalista en Jayuya y otros pueblos, y el atentado contra la vida del entonces presidente de Estados Unidos, Harry Truman, por los héroes Nacionalistas Griselio Torresola y Oscar Collazo, el primero, abatido por uno de los guardias presidenciales y el segundo, condenado a pena de muerte.
Un 4 de marzo de 1970 Antonia Martínez Lagares  una estudiante de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, natural del pueblo de Arecibo,  fue asesinada por un oficial de la policía durante las huelgas de la Universidad de Puerto Rico en 1970. Martínez estaba en camino a graduarse con un bachillerato en Educación.
Un 24 de marzo de 1976 fue  secuestrado  y asesinato de Santiago Mari "Chagui "Pesquera. Desaparece en el auto de su hermana que le había sido prestado para que fuera al trabajo a 1cambio de que recogiera a su sobrino a las 5:00 de la tarde en el lugar de cuido y luego a ella en su trabajo.El día siguiente lo encontraron  temprano en la mañana su cuerpo dentro del auto en la marginal de la carretera #PR-1, jurisdicción de Caguas, frente a las oficinas de General Foods, cerca de la intersección con la carretera #175.
Luego de una indagación privada, el Partido Socialista Puertorriqueño calificó la muerte de Santiago Mari Pesquera como un asesinato político.
Es importante recordar estos sucesos para valorar nuestro nacionalismo boricua.

(San Juan, 9:00 a.m.) Con motivo del despliegue publicitario de la 2da. edición del Congreso Internacional de Escritores, Feria de Libros y Autógrafos, a celebrarse en Bellas Artes de Caguas, del 10-13 de abril de 2024, con la participación de renombrados autores procedentes de Argentina, Colombia, Cuba, España, México, Nicaragua, Francia, República Dominicana y nuestro Puerto Rico, yo, Edgardo Nieves-Mieles, que no le paso la mano ni a la mai que me parió y que no tengo injerencia alguna en las oscuras esferas del poder cultural en este amado paisito de mierda, una vez más asumo la ominosa tarea de sacudir el avispero y preguntar: ¿por qué en los contadísimos eventos de esta naturaleza que se ofician en un país cuyos gobiernos --contrario a otros países hermanos, (México, por ejemplo)-- ni incentivan ni fomentan ni auspician ni invierten en proyectos relacionados con la creación y el acervo cultural, siempre se seleccionan a las mismas personas como privilegiados participantes?

Esto genera, no sólo en los colegas y figuras estelares del mundillo literario invitados que nos visitan, una percepción estática e incompleta del panorama literario del país.

Dejando de antemano meridianamente claro que entre los participantes del patio incluidos tenemos colegas con méritos suficientes y cuyo quehacer respeto grandemente, no menos cierto es que en Puerto Rico existe otro sinnúmero de creadores escribiendo literatura viva y valiosa que no son tomados en cuenta cuando se arman estos eventos. Los que disfrutan el privilegio de formar parte de la selección bien podrían sugerir nombres de otros gestores con trayectorias y obras de incuestionable valía que sin duda enriquecerían la muestra de la oferta. Pero no, resulta más fácil permanecer apoltronado en la festinada complacencia de guardar silencio y asegurar la silla.

Más allá de los buscones de oficio, trepadores olímpicos y alzacolas con padrino de siempre (en la edición anterior del evento, una conocida y antes respetada figura de la academia cometió la más que ingenua, esperpéntica osadía de nombrar "Maestro de la narrativa contemporánea" a uno de éstos, quien por más señas es sociolisto ((sic)) y celebridad mediática metido a escritor), en este bendito suelo contamos con excelsos escritores de la talla de los narradores Juan Antonio Ramos, Ana Lydia Vega, Wilfredo Mattos Cintrón, Tomás López RamírezMagali García Ramis, Marta Aponte Alsina, Rubis Marilia CamachoMaría ZamparelliJuan López Bauzá, Francisco Font Acevedo y Pedro Cabiya, entre otros; de poetas como Salvador Villanueva, Vanessa Droz, Jan Martínez, Antonio Ramírez Córdova, Víctor Hernández Cruz, Juan Manuel Rivera, Pedro López AdornoEdgar RamírezAlberto Martínez Márquez, Gilberto Hernández y Julio César Pol; de dramaturgos como Antonio García del Toro y Carlos Canales; de historiadores como Sebastián Robiou Lamarche, Francisco Moscoso y Luis A. López Rojas, entre otros.

Ciertamente va siendo tiempo ya (¡nos urge!) de democratizar CON TINO Y JUICIO las selecciones de los autores boricuas que participan en dichos eventos de envergadura. De este modo, el público asistente y los colegas que nos visitan tendrían un abanico muchísimo más amplio del panorama y de los rostros del quehacer literario puertorriqueño.

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(San Juan, 11:00 a.m.) Desde mis años de adolescencia he visitado República Dominicana por varios motivos, por tanto es un país con el cual tengo unos lazos muy especiales. Por eso es que dijo, yo soy merenguera, no salsera. Tal vez mi espíritu inquieto nace de bailoteo del merengue. Eso no lo sé. Lo fundamental es estudiar los vínculos de República Dominicana y Puerto Rico.
Esta semana del 25 de febrero al 2 de marzo celebramos la Semana Conmemorativa de la Comunidad Dominicana en Puerto Rico. A Puerto Rico y a la República Dominicana los unen lazos culturales y sociales que han trascendido décadas de una relación bilateral fraternal y de hermandad.
En el 2018 se firmó la ley número 155 en la cual de se  declarará la última semana del mes de febrero de cada año como la “Semana Conmemorativa de la Comunidad Dominicana en Puerto Rico”; esta ley  ordena al Departamento de Estado del Gobierno de Puerto Rico a desarrollar y coordinar junto a entidades locales, internacionales y de intereses dominicanos aquellas actividades necesarias a los fines de difundir y conmemorar los propósitos de la presente medida; y para otros fines relacionados.
A Puerto Rico y a la República Dominicana los unen lazos culturales y sociales que han trascendido décadas de relación bilateral fraternal y de hermandad. Puerto Rico es el segundo lugar donde más dominicanos habitan, fuera de la República Dominicana, estimándose dicho número en más de sesenta mil ciudadanos dominicanos es en  la Isla. Su influencia en los asuntos internos de la Isla ha sido importante en el aspecto económico, político y cultural.
   La migración dominicana comenzó en 1961, continuando a lo largo de las décadas subsiguientes. Nuestra relación con los Estados Unidos ha sido factor importante en esa decisión de miles de dominicanos que se despiden de sus familias para emprender un futuro mejor en Puerto Rico. Sus aportaciones mayores han sido en el sector del empleo y en su colorida y arraigada cultura, su música, gastronomía y su alegría contagiosa, deseos de
superación y calidad humana, haciéndolos nuestros hermanos y fieles colaboradores. Ya en Puerto Rico existen barrios cuya población es dominada por la presencia dominicana, siendo Santurce la cuna de esta distinguida comunidad en la Isla.
   Cerca del 85 % reside en San Juan, mientras que alrededor del 3 % en Caguas y otro 3 % en Ponce. Alrededor de la mitad de los dominicanos están concentrados en los municipios de San Juan, particularmente en los distritos centrales de Santurce.
Una pregunta válida es poque seleccionaron la última semana de febrero para tener actividades relacionadas con los vínculos entre Puerto Rico y República Dominicana la respuesta es República Dominicana surgió a la vida independiente el 27 de febrero de 1844.
   Cabe destacar que República Dominicana es una república democrática, formada por 31 provincias y un Distrito Nacional. La Constitución Política fue reformada el 26 de enero de 2010 y es denominada como la Constitución del Siglo XXI.
Celebremos a nuestros hermanos dominicanos y recordemos,  la libertad nunca es dada; se gana.

Elvin Negrón (Ponce, Puerto Rico, 1978-) es colegial, escritor, ingeniero de formación y administrador de empresas. Nunca coincidió conmigo en el Colegio de Mayagüez, eso que vosotros llamáis Universidad de Puerto Rico, de donde obtuvo su grado de Ingeniero Químico (B.S., 2000). Luego estudió una Maestría en Administración de Empresas, con concentración en Gerencia de Operaciones, en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (MBA, 2009). Ya, formado en lo que no suele permitir a nadie divagar, se surfeó y graduó con los más altos honores una Maestría en Creación Literaria, con concentración en Narrativa en la Universidad del Sagrado Corazón (M.A., 2020). Elvin es recipiente de la Medalla Pórtico, máximo galardón que confiere la Universidad del Sagrado Corazón. Negrón, ha dado respuesta a mis preguntas, y sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

1.1. Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Recientemente publicó pléilist (2020). ¿De qué trató o tratas en esa colección de cuentos? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?

1.2 Elvin Negrón (EN, en adelante) – El libro contiene cuentos inspirados en la música. Cada personaje tiene su lista de canciones. Al igual que muchos de nosotros, nuestra lista de canciones favoritas está formada por experiencias; melodías que nos recuerdan nuestra niñez, un viejo amor, épocas felices o tristes. Todos tenemos títulos en nuestra lista que no podemos compartir con cualquiera.  Algunas son catarsis. Otras nos hacen bailar. La idea es usar la música como inspiración y complemento de caracterización. La oportunidad surgió durante mis estudios en Creación Literaria en la Universidad Sagrado Corazón. Luego de graduarme, decidí publicar

2.1 WRS – ¿Qué relación tiene su trabajo creativo previo a pléilist y vuestro trabajo creativo entonces y hoy? ¿Cómo lo hilvana con su experiencia de puertorriqueño-caribeño y su memoria personal o no de lo caribeño dentro de Puerto Rico y el Caribe?

2.2 EN – Mi primer libro, Alicorne (2015), es una colección de cuentos más diversos. Son cuentos con una mezcla más o menos equilibrado en ciencia, religión y arte. Pléilist es un libro con un concepto más pensado, más homogéneo, pero diseñado en varios niveles. La mayoría de los cuentos que he publicado, quizás todos, tratan temas universales. Mi experiencia como puertorriqueño y caribeño se puede reflejar en nuestra lengua española, en la fuerte influencia del imperialismo norteamericano y en la música. Sin embargo, a diferencia de otros compañeros escritores, mis cuentos suelen ser menos políticos.  

3.1 WRS –Si compara vuestro crecimiento y madurez como persona, escritor e investigador con su época actual de escritor en Puerto Rico, ¿qué diferencias observas en vuestro trabajo creativo? ¿Cómo ha madurado su obra? ¿Cómo has madurado?

3.2 EN – Mi formación fue primeramente religiosa durante la niñez, luego científica y matemática durante mi juventud, y finalmente literaria en los últimos diez años. Por lo tanto, la temática ha evolucionado paulatinamente, pero el cambio en estilo ha sido más drástico. Primero todo estaba enfocado en la historia, luego uno se va preocupando por otras cosas, por la estética, la innovación, etc.    

4.1 WRS – Elvin, ¿cómo visualizas vuestro trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico? ¿Cómo ha integrado vuestro trabajo creativo e investigativo a su quehacer literario?

4.2 EN – Me parece que la diferencia más grande está en los temas y el tono. No me gusta sermonear. Prefiero primero entretener, luego sembrar una duda. Me gusta ser menos explícito, ser sutil. Hacer que el lector piense, reflexione, pero no desde una tribuna. Por otro lado, no se trata de ser inconsecuente; lo veo más como una psicología inversa. Como un “coach” que te guía a darte cuenta de que la respuesta está en ti.

5.1 WRS – Ha logrado mantener una línea de creación literaria enfocada en la ciencia ficción. ¿Cómo concibes la recepción a vuestro trabajo creativo dentro de Puerto Rico y fuera, y la de sus pares?

5.2 EN – Aunque he escrito ciencia ficción, no estoy de acuerdo con la premisa de que ese ha sido mi enfoque. Algunos de mis cuentos son de ciencia ficción. Otros, la mayoría, son cuentos fundamentalmente realistas, donde todo puede tener una explicación científica, aunque muchas veces se funda (o se confunda) con lo divino.

6.1 WRS – Sé que vos es de Ponce, Puerto Rico. ¿Se considera un escritor puertorriqueño o no? O, más bien, un escritor, sea este puertorriqueño o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?

6.2 EN – Me encanta viajar y me han fascinado múltiples ciudades. Sin embargo, salir al mundo solo me hace apreciar más mi isla. Soy y me siento puertorriqueño, sin embargo, aunque no puedo enajenarme de mi experiencia y realidad como boricua del siglo XXI, mi enfoque en la escritura no es Puerto Rico, nuestros problemas o nuestra idiosincrasia. Hasta ahora mi enfoque ha sido más universal. 

7.1 WRS – ¿Cómo integra vuestra identidad étnica y de género y su ideología política con o en vuestro trabajo creativo y su formación en Creación Literaria?

7.2 EN – Conscientemente, en ninguna forma. Como mencioné antes. No me gustan los sermones y en cierta forma no promuevo las clasificaciones. Como dice una canción de Jorge Drexler, "soy un moro judío que vive con los cristianos”. Tenemos una tendencia a catalogar y poner sellos. Eso no es saludable ni en las relaciones interpersonales, ni en la literatura. Hay que tomarse el tiempo para conocer a las personas en su redondez, y de ser testigos y hasta partícipes de su evolución. El mundo no es maniqueo, blanco o negro, categórico. Esa aversión al catálogo está muy presente en mis escritos. Por ejemplo, en cuanto a la etnia, géneros, y todas esas categorías que nos inventamos para dividir, a mí me gusta unirlas. Confundirlas. Creo que normalizar, es decir, hacer esas diferencias parte de lo cotidiano, lleva también el mensaje de cómo debemos ser. Y creo que eso tiene mucho que ver con mi experiencia como puertorriqueño, de llevar con orgullo la mezcla de razas; como dice la canción de Jarabe de Palo: “En lo puro no hay futuro...la pureza está en la mezcla”. 

8.1 WRS – ¿Cómo se integra vuestro trabajo creativo a su experiencia de vida como estudiante antes y después de su paso por la Universidad del Sagrado Corazón? ¿Cómo integras esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor en Puerto Rico hoy?

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(San Juan 11:00 a.m.) -Una novela de magia triste- afirmó Jorge Luis Borges. ¿Acaso tenía que ser de otra magia? Para entender La amortajada (1938), es fundamental, reconocer que María Luisa Bombal vivió en una constante amargura, desasosiego, y decepción con la vida.  Ser mujer, le resultó experimentar constantes abandonos, tristezas, amarguras y heridas que logró plasmar por medio de una narración autobiográfica. Bombal, reflejó las experiencias femeninas como unas carentes de armonía y abundantes en pérdidas; sensaciones y traumas aún presentes…

La ausencia de una razón (ese porqué) y el abandono de ese primer amor, de Ricardo hacia Ana María, la protagonista, enmarca ese trauma y experiencia de Bombal como mujer. A la vez, como escritora está dirigiendo una mirada de ese abandono normalizado del hombre que satisface sus necesidades biológicas para luego, no hacerse responsable de sus acciones y del feto. Problemática que aún las mujeres del siglo XXI tienen que lidiar. Narrar el acto de la experiencia amorosa de la protagonista que recibe el abandono como respuesta presenta la idea del amor como algo que no es posible desasociarlo de la pérdida.

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(San Juan, 12:00 p.m.) Es aquel que se habla en casa desde la cuna. Es aquel con el que me cantaron desde el vientre. Es aquel con el que me gusta más amar. Es la base de todo mi conocimiento preescolar. Debería ser la zapata sicológica sobre la cual se construyan otros idiomas.

Mientras más dominio de la estructura lingüística del español, mejor dominaremos las otras: el inglés, el francés, el mandarín, el cantonés, el alemán, el italiano, el portugués, etcétera. De hecho, para un estudiante de idiomas, las estructuras lingüísticas resultan fascinantes y algunos deciden adentrarse en el mundo de la formación de las mismas. De este interés, nacen los departamentos de traducción que tienen casi todas las universidades.

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Jorge Rodríguez Beruff (Cuba, 1947-) ha sido docente e investigador en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. De dicha entidad, de la que Rodríguez Beruff es catedrático retirado, fue Decano de la Facultad de Estudios Generales entre el 2003 y el 2011. Jorge es egresado Magna Cum Laude de Ciencias Políticas (B.A., 1968) de la Universidad de Puerto Rico. Estudió su Doctorado en Filosofía en Ciencias Políticas en la Universidad de York en Inglaterra (1971-1979), recibiendo una Mención Especial por el Comité de Altos Estudios. Algunas de sus principales investigaciones son: Strategy as Politics, Puerto Rico on the eve of the Second World War (2007), Las memorias de Leahy: los relatos del Almirante William D. Leahy sobre su gobernación de Puerto Rico (1939-1940) (2002), y Política militar y dominación, Puerto Rico en el contexto latinoamericano (1988). Es desde 2016 Miembro de Número de la Academia Puertorriqueña de la Historia y, a su vez, miembro distinguido de la Junta de Directores de la Fundación Luis Muñoz Marín.Rodríguez Beruff ha contestado todas nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

1.1 Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Hace ya algún tiempo publicó Las caras del poder: ensayos sobre estrategia, política caribeña y educación superior (2017). ¿De qué trató o tratas en Las caras del poder? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?

1.2 Jorge Rodríguez Beruff (JRB, en adelante) – Ese libro me lo propuso Elizardo Martínez, dueño de la editorial Callejón, en una reunión que sostuvimos en el restaurante Mallorca frente a la barandilla en San Juan. Habíamos concluido el proyecto de publicación con Callejón de los dos tomos de Puerto Rico en la Segunda Guerra Mundial, que edité con José L. Bolívar, y Elizardo me dijo que quería publicar libros de ensayos de algunos investigadores. Me pareció buena idea. Además, para esa época el amigo y autor Rubén Nazario Velasco me dijo que dejara de estarle publicando textos a otra gente y que publicara algo que fuera escrito solamente por mí.

Decidí montar un libro que reflejara mi trayectoria de investigación, los diversos temas que había trabajado y combinara textos inéditos con ensayos ya publicados, pero poco conocidos en Puerto Rico ya que habían aparecido en varios países de América Latina. Al seleccionar los textos me pareció que el tema del poder en diversas expresiones –político, militar, cultural, académico- atravesaba todos mis escritos por lo que decidí ponerle como título Las caras del poder. Además, el poder tenía caras de personas de carne y hueso que son mencionadas en los ensayos.

Ese libro me dio particular satisfacción porque mi hija Rosaura Rodríguez Muñoz hizo el muy sugerente dibujo de la portada donde aparece la Torre de la Universidad, Luis Muñoz Marín y Rafael Leónidas Trujillo. Fue nuestra primera colaboración. Luego volvimos a colaborar en otro proyecto de publicación de un ensayo mío narrado en dibujos de Rosaura. Las Caras del poder salió publicado en el 2017. Algún tiempo después murió Elizardo Martínez, un amigo querido que hizo grandes aportaciones al mundo editorial e intelectual puertorriqueño. He sentido mucho su muerte.

2.1 WRS – ¿Qué relación tiene su trabajo creativo-investigativo previo a Las caras del poder y vuestro trabajo creativo-investigativo posterior? ¿Cómo lo hilvana con su experiencia de puertorriqueño y su memoria personal o no de/ con la historiografía o no dentro de Puerto Rico o fuera?

2.2 JRB – Comencé a trabajar como investigador en la década de los setenta en la firma de consultoría Technical Services of Puerto Rico donde colaboré con el politólogo Robert Anderson quien había sido decano de la Facultad de Ciencias Sociales. Esa empresa recibió unos fondos para llevar a cabo una investigación interdisciplinaria sobre la violencia en Puerto Rico cuyos resultados se le sometieron al gobierno de Rafael Hernández Colón en un informe multi volumen titulado Etiología de la violencia en Puerto Rico. El informe se puede consultar en la biblioteca de la Facultad de Derecho. Fue una muy interesante experiencia.

Mi trabajo de investigación desde que regresé a Puerto Rico en 1979, luego de terminar mi doctorado en la Universidad de York, Inglaterra, giró en torno de dos temas principales: la política caribeña y la geopolítica y el poder militar. La investigación doctoral fue sobre la ideología de los militares peruanos y se publicó en 1983 en Lima el segundo volumen de mi tesis bajo el título Los militares y el poder: un ensayo sobre la doctrina militar en el Perú, 1948-1968. Para esta tesis tuve que leer mucho sobre política militar latinoamericana. También estuve un año en Lima (1971-1972) investigando en archivos. Elegí el tema, en parte, para tener conocer un país de América del Sur.

Volví a Lima a presentar el libro que tuvo muy buena recepción y se incluyó en la lista del periódico El Comercio de los mejores libros del año. Además, fue promovido por el diario La Crónica dirigido por el poeta Mirko Lauer quien también dirigía la editorial Mosca Azul que lo publicó. El sociólogo Aníbal Quijano, amigo de Mirko, fue quien gestionó su publicación.

Esta experiencia de investigación sobre los militares peruanos me sirvió de base para interesarme en analizar el tema militar en Puerto Rico y el Caribe, en parte motivado por algunos colegas. Creo que mi actividad investigativa sobre estos temas abrió brecha a otros investigadores, incluyendo muchos investigadores jóvenes, que quisieron trabajarlos de forma rigurosa más allá de la mera denuncia.

Cuando regresé a Puerto Rico en 1979 el asunto de las actividades de la marina de guerra en Vieques tenía mucha fuerza, como antes lo había tenido Culebra. También colaboré con una comisión del Colegio de Abogados para investigar la vigencia del Tratado de Tlatelolco y la desnuclearización de la isla. En una primera fase mi actividad investigativa se dio desde el Proyecto Caribeño de Justicia y Paz que publicó algunos de mis trabajos. También fui parte de CEREP. Por un tiempo estuve a cargo de las publicaciones. De este período es el libro Política militar y dominación de 1988. En este período colaboré con el historiador Humberto García Muñiz quien escribió ampliamente sobre asuntos militares en el Caribe, especialmente el angloparlante.

Además del tema estratégico, mi interés en la política y la historia caribeña ha sido una constante en mi carrera académica. Ofrecí el curso de Historia del Caribe en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe durante una década. Próximamente saldrá publicado un libro de mi autoría sobre cultura e historia caribeña.

Eventualmente, mi interés se centró en el impacto de las guerras en la historia de Puerto Rico, particularmente la Segunda Guerra Mundial. De este trabajo de investigación salieron varios libros: Las memorias de Leahy, la edición de Stricken Land de Rexford G. Tugwell al español bajo el título de La isla azotada, Strategy as politics: Puerto Rico on the Eve of the Second World War y los dos tomos de ensayos que edité con José L. Bolívar Fresneda titulados Puerto Rico en la Segunda Guerra Mundial. Esos dos tomos evidencian cuánto había progresado en Puerto Rico el análisis sobre temas militares y el impacto de las guerras ya que contienen 35 ensayos de diversos investigadores. Hoy esos volúmenes se encuentran agotados, aunque espero se reediten. De estos libros el que más disfruté “ensamblar” fue Las memorias de Leahy por la relación de colaboración que desarrollé con el artista, escritor y diseñador Néstor Barreto, cuyo trabajo creativo contribuyó al éxito que tuvo el libro.

También trabajé más recientemente sobre la Primera Guerra Mundial, coordinando con Silvia Álvarez Curbelo la participación puertorriqueña en un volumen titulado La Primera Guerra Mundial en las Antillas,editado por el investigador francés Xavier Calmettes. Este es un libro muy interesante que desgraciadamente ha circulado poco en Puerto Rico. Contiene cuatro ensayos sobre Puerto Rico.

Después de publicar Las caras del poder mi trabajo ha estado más enfocado en la historia intelectual y los temas universitarios. No se trata de un interés nuevo ya que, por mi carrera universitaria y práctica docente, he trabajado sobre temas relacionados con el movimiento de los Estudios Generales y los debates sobre la universidad, sobre lo que tengo varias publicaciones. Con Francisco Rodríguez Suárez, entonces decano de Arquitectura, edite dos volúmenes sobre la coyuntura universitaria titulados Alma Mater y Aula Magna.

Mi discurso de ingreso en la Academia Puertorriqueña de la Historia trató sobre las redes intelectuales de la reforma universitaria puertorriqueña. Este me sirvió como una hoja de ruta para una abarcadora investigación que acabo de publicar en 2023 bajo el titulo Jaime Benítez y la internacionalización de la Universidad de Puerto Rico, las redes intelectuales de la reforma universitaria, que es mi último libro publicado. Le estoy haciendo algunas correcciones para una segunda edición.

Ahora estoy trabajando con el colega Raúl Mayo Santana, quien publicó un libro importante sobre la Escuela de Medicina Tropical, que tiene como punto de partida la visita en 1939 a la Universidad de Puerto Rico de una comisión académica de alto nivel presidida por el geógrafo estadounidense Isaiah Bowman y su informe proponiendo convertirla en una Universidad Panamericana.

3.1 WRS – Si compara vuestro crecimiento y madurez como persona, docente-investigador (historiador) y escritor con su época actual en Puerto Rico o fuera, ¿qué diferencias observas en vuestro trabajo creativo-investigativo? ¿Cómo ha madurado su obra? ¿Cómo has madurado?

3.2 JRB – En la Universidad de Puerto Rico en la época en que estudié no se le prestaba mucha atención a cultivar el interés y las destrezas de investigación de los estudiantes. De vez en cuando te pedían un informe escrito o una pequeña búsqueda bibliográfica. Proliferaban los horribles exámenes de alternativas múltiples que no retaban el intelecto sino, a veces, la capacidad de adivinar la respuesta correcta. Al fin y al cabo, tenías 33% o 25% de probabilidades para acertar. Su lógica era permitirle a los profesores evadir la lectura de numerosas respuestas escritas ya que a menudo se corregían usando una “clave” (y a veces eran corregidos por una máquina).

De manera que me costó trabajo adaptarme a las exigencias de los estudios graduados con sus papers y trabajo independiente en bibliotecas. Pero fue entonces cuando aprendí a investigar y le cogí el gusto. Escribir un buen paper evitaba que te dijeran “that´s a lot of rubbish” (los ingleses no se andaban con eufemismos). En la fase doctoral tuve de tutor un gran investigador indio de intereses muy diversos: T. V. Sathyamurthy. También tuve la experiencia a la que me referí anteriormente en Technical Services donde hice encuestas y análisis cuantitativo.

La investigación para mí ha sido una actividad constante en mi carrera académica junto con la enseñanza y la administración universitaria. Por supuesto que uno va aprendiendo y, al menos en mi caso, redefiniendo la temática de investigación. Entre otras cosas he aprendido que la investigación toma tiempo y requiere paciencia. Mis proyectos me tomaron varios años, en algunos casos décadas. En segundo lugar, que se debe ser lo más organizado posible en el proceso de investigación para no perder tiempo en la fase de escritura. Y tercero que es muy importante cuidar la narración, escribir bien, un relato interesante, para que la gente te lea, para que tu público trascienda el reducido núcleo de especialistas.

Siempre he admirado a la historiadora Barbara Tuchman por su atención al arte de escribir, como en The Guns of August. Ella cultivó la buena escritura en obras sustentadas en investigaciones rigurosas en fuentes documentales. Otro ejemplo de investigador-narrador es John Womack con su extraordiaria obra Zapata and the Mexican Revolution. El cubano Rafael Rojas y el español Juan Pablo Fusi también están en ese grupo.

4.1 WRS – Jorge, ¿cómo visualizas vuestro trabajo creativo-investigativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico o fuera? ¿Cómo ha integrado vuestro trabajo creativo-investigativo a su quehacer de escritor?

4.2 JRB – Yo formo parte de una generación de académicos que estudió en los años sesenta y setenta y luego fuimos a Estados Unidos, México y Europa para hacer estudios graduados. El Centro de Estudios sobre la Realidad Puertorriqueña (CEREP) fue expresión de esa generación, aunque no abarca a todos los investigadores que hicieron aportaciones importantes. Para mencionar algunos nombres: Gervasio García, Ángel Quintero Rivera, Arcadio Díaz Quiñones, Silvia Álvarez Curbelo, Humberto García Muñiz, Guillermo Baralt, Andrés Ramos Mattei, Fernando Picó, Marcia Rivera, Rubén Dávila, Samuel Silva Gotay, y otros, desarrollaron una gran actividad de investigación y publicación en lo que se llamó “la nueva historia”. Renovaron el debate y la producción intelectual con enfoques que ponían énfasis en la historia social y económica o exploraban nuevos temas. También estuvieron vinculados literatos y artistas plásticos. Las librerías de Río Piedras, las editoriales como Huracán y Callejón y ciertas revistas fueron parte de esta eclosión. Nuevas corrientes intelectuales de Estados Unidos, Europa y América Latina irrigaron la comunidad intelectual puertorriqueña creando una gran efervescencia y orientando el interés hacia nuevas temáticas. El colega sociólogo cubano Haroldo Dilla en una ocasión me recalcó con admiración la vitalidad y calidad de la producción intelectual puertorriqueña.

También otros factores contribuyeron a producir este fenómeno como la maduración del proyecto universitario en Puerto Rico y el surgimiento de nuevos movimientos sociales a nivel mundial en la coyuntura de la Guerra de Vietnam. Esta generación surgió con vocación internacional, principalmente buscamos nexos con el Caribe y América Latina. De hecho, el propio CEREP tuvo como modelo instituciones análogas que habían surgido en América Latina.

En mi caso particular, desarrollé vinculaciones con el Caribe a través del Proyecto Caribeño de Justicia y Paz, y la Caribbean Studies Association (CSA). Fui miembro del ejecutivo de la International Peace Research Association (IPRA). En la República Dominicana me relacioné con FLACSO y con la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y en Cuba con el Centro de Estudios de América (CEA) (hasta su crisis a mediados de los noventa).

Los investigadores sobre temas militares formábamos una red latinoamericana que abarcaba a casi todos los países. Algunos estaban también en IPRA. Conservo valiosas amistades de cuando estaba más activo en esos temas. También tenía contactos en Barcelona con el Centro de Estudios Internacionales CIDOP, como con el investigador Rafael Grasa. Ahora, que he estado trabajando mayormente sobre temas de historia intelectual y universitaria, me he vinculado con colegas en México, Perú y España, mayormente de Barcelona donde he estado en la Universidad de Barcelona discutiendo mi libro más reciente.

Los intelectuales siempre estamos, o debemos estar, vinculados a diversos movimientos de investigación y a redes de investigadores. Esos nexos enriquecen nuestro trabajo y proveen conductos para su difusión.

5.1 WRS – Ha logrado mantener una línea de creación-investigación enfocada en la historiografía en y desde Puerto Rico. ¿Cómo concibes la recepción a vuestro trabajo creativo-investigativo dentro de Puerto Rico y fuera, y la de sus pares?

5.2 JRB – En parte la he contestado en la pregunta anterior. Recientemente estuve en Madrid y Barcelona presentando un libro. Lo hice en la Universidad Complutense, el CSIC, la Fundación Ortega Marañón (FOM) y la Universidad de Barcelona, Facultad de Educación. Anteriormente había estado en Trujillo y Madrid en un evento de la Real Academia de la Historia (RAH) y otras instituciones donde presenté la investigación en proceso. Encontré mucho interés de varios colegas que trabajan temas afines. Para octubre me invitaron a participar en una mesa sobre redes intelectuales en un congreso que se llevará a cabo en Madrid. También tengo pendiente una visita al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Hoy en día la difusión de nuestros escritos se hace por vía digital en páginas como Academia.edu y tengo muchos lectores de España, Estados Unidos, el Caribe y América Latina. El problema de la publicación en papel es que los mercados están segmentados y la difusión es más difícil y limitada. El problema de siempre. Pero aparte de mi propia obra, la producción de los colegas de mi generación es conocida y leída fuera de Puerto Rico.

6.1 WRS – Sé que vos es de Puerto Rico. ¿Se considera un escritor puertorriqueño o no? O, más bien, un escritor, sea este puertorriqueño o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?

6.2 JRB – Soy puertorriqueño de la variedad cubana. Muy recientemente el amigo escritor Manuel Martínez Maldonado me designó “historiador cubano-puertorriqueño”. Es otra descripción con la que me siento cómodo. En Cuba ya no me queda familia, aunque sí algunos amigos. Llegué a Puerto Rico en mi temprana adolescencia, estudié en el Colegio San Ignacio y la Universidad de Puerto Rico, donde hice mi carrera, aunque también trabajé en otras instituciones como el Centro de Estudios Avanzados y la Universidad Carlos Albizu.

Mi madre era de Santiago de Cuba y mi padre gallego-cubano, así que tengo familia en Galicia. Dos de mis hijos están en Estados Unidos y varios sobrinos en Miami. Uno de mis hijos nació en Marburgo, Alemania. El esposo de mi hija Rosaura es puertorriqueño de la variedad dominicana. Tengo nietos puertorriqueños, estadounidenses y salvadoreños.

La cuestión de mi identidad es compleja, pero soy parte de la academia puertorriqueña y la mayor parte de mi vida y carrera universitaria ha sido en Puerto Rico, por lo que digo que soy puertorriqueño de la variedad cubana. Para José Luis González que mencionas la cuestión de la identidad debe haber sido también compleja, no solo por su larga estadía mexicana sino también porque, tengo entendido, que su madre era dominicana. Yo me siento muy vinculado al país y orgulloso de todas las otras identidades que me enriquecen.

Mi familia es de emigrantes, al menos desde mi padre y el apellido Beruff de mi madre no es cubanísimo, sino de emigrantes recientes (siglo 19). Antes de emigrar mi padre a Cuba a los trece años, había emigrado su tío a Santiago de Cuba. La familia de mi padre emigró a Cuba, Chile, Argentina y Brasil, entre otros lugares, desde una pequeña aldea en Pontevedra. Luego se reencontraban en la aldea que siempre añoraban (la morriña). Y hasta una joven criada desde pequeña en Buenos Aires “regresó” a la aldea (donde nunca vivió) para casarse con un galleguito. Las identidades a veces son opciones.

7.1 WRS – ¿Cómo integra vuestra identidad étnica y de género, y su ideología política con o en vuestro trabajo creativo-investigativo y su formación en educación en o fuera de Puerto Rico?

7.2 JRB – Creo que en la investigación hay que tener la sensibilidad para reconocer a todos los actores. En lo que he estado investigando recientemente me he encontrado que una mujer como Muna Lee fue muy importante por sus propios méritos en la Universidad de Puerto Rico y no se le ha reconocido. De hecho, en alguna medida se le ha borrado. Por otro lado, mi visión del Caribe es el de una región formada por una pluralidad de etnias y pueblos que han ido creando, desde la diversidad, nuevas expresiones culturales. Recientemente el historiador José Lee Borges ha reivindicado la aportación de los chinos en Puerto Rico, como lo ha hecho también Mu Kien Sang en la República Dominicana.

Además, se trata de una región que no se puede definir únicamente en términos geográficos estrechos, ya que ha sido encrucijada de procesos mundiales y que está presente también a través de sus diásporas. La recién fallecida historiadora Jennifer Wolf lo expresó recientemente en un libro que lleva el título Isla Atlántica Puerto Rico.

Las definiciones etnicistas excluyentes, que dibujan un Caribe unidimensional, no nos permiten captar la riqueza histórica y cultural de nuestra región.

Por otro lado, las convicciones políticas siempre matizan la producción intelectual que nunca es aséptica. Es un debate viejo. Lo importante es entender que nuestro trabajo responde, o debe responder, principalmente a la lógica del conocimiento que es distinta que la del poder.

8.1 WRS – ¿Cómo se integra vuestro trabajo creativo-investigativo a su experiencia de vida tras su paso por la Universidad de Puerto Rico? ¿Cómo integras esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor en Puerto Rico hoy?

8.2 JRB – Contestar esta pregunta me llevaría a una larga reflexión biográfica que no puedo hacer aquí. Mi experiencia es la de un intelectual universitario, un académico, un profesor. He tenido la satisfacción de tener muy buenos estudiantes que ahora están en plena producción. Ese ha sido principalmente el sentido de mi vida profesional y mi ocupación. Para mi generación, el rechazo a la guerra y el militarismo en el contexto de la guerra de Vietnam, de las dictaduras militares en América Latina y de otras de sus manifestaciones más cercanas fue una experiencia relevante. A ello le atribuyo mi interés por investigar temas militares y las guerras. Pero es muy difícil para un académico entender sus propias motivaciones o intereses. Se trata de lo que Pierre Bourdieu llamaba el “principio de la no conciencia”. A veces los intereses de investigación pueden ser muy distantes de las experiencias de vida.

9.1 WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a vuestro trabajo creativo-investigativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?

9.2 JRB – Afortunadamente, nunca he tenido dificultad para publicar mis textos. Muchos de mis libros se han agotado o están en nuevas ediciones. Ha habido muchos cambios desde que publiqué mi primer libro en 1983. El público dispuesto a comprar obras publicadas en papel y el mundo de las librerías se ha contraído en Puerto Rico. También las universidades públicas y privadas se han debilitado. Hay nuevas generaciones con nuevos intereses y distintas relaciones con las tecnologías de publicación.

No rechazo publicar en Internet, pero soy de los dinosaurios que no siente que ha publicado si no lo ve en tinta sobre papel. También prefiero leer impresos en papel, aunque hoy en día mucha de la investigación es en fuentes digitales. No he aceptado la opinión de algunos colegas que piensan que solo se consumen los textos que no pasen de las 300 páginas. Tampoco que el criterio de calidad sea el éxito en el mercado o la cantidad de libros vendidos.

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