Cine Caribe

“Chonqui se mató por la vergüenza que pasó”, así cuenta la canción del primer LP que en el 1967 produjo Willie Colón para la casa Fania, cantando el inmortal Héctor Lavoe. Chonqui, cuando se pronuncia en la canción crea un sonido similar a una de las películas de estreno en esto días.

La fui a ver sin mucha motivación, pues como toda la promoción me llevaba a pensar de otra forma. Ahora bien, una vez me senté, me la disfruté. Poms (Dir. Zara Hayes , EE.UU., 2019) es una de las películas más tiernas de la cartelera del pre-verano que hemos recibido.

Sea lo que sea, México está de moda en Hollywood. Ahora más que nunca, y luego de las “expresiones de cariño” del actual presidente de los EE.UU., Donald Trump, a sus vecinos del Sur, la industria del cine de dicho país ha optado por una lógica un tanto extraña de promover continuamente películas que aborden temas mexicanos, el problema es que todas las película en los pasados dos años, desde que inició la controversial presidencia de Trump, abordan el tema mexicano desde una mirada problemática, prejuiciada y más que nada negativa de dicho país. Digo todas las películas, sin reserva.

Nuevamente, la vi hace unos días en un avión mientras transitaba entre mundos. Lloré porque me conmocionó. Descubrí a Lady Gaga. Me encantó. Ahora soy su fanático. En fin, una película de amor, en estos tiempos, y donde pese a todo, uno debe dar fe de creer aún en el amor. A star is born (Dir. Bradley Cooper, EE.UU., 2018), la cuarta versión (1937, 1954, 1976 y 2018) que existe de esta película desde la inicial en el 1937, es una película linda donde cada vez que la hacen uno llora con alegría.

El cine dominicano es hoy el de mayor crecimiento en América Latina. Según las estadísticas no oficiales, están produciendo un filme a la semana, lo cual les permite hablar de 52 al año. Sólo Hollywood produce una cantidad similar o cercana de forma mensual. Ellos son el paradigma a seguir de la industria del cine. Ahora bien, la República Dominicana en el Caribe y América Latina, se ha convertido en un modelo.

Hace muchos años, me encontraba a la espera de un tren en la estación central de Liubliana, Eslovenia, en la antigua Yugoslavia. Era una noche muy difícil, de mucho frio, y las fuerzas policiacas intervenían con la población en la estación de tren. Yo tenía cara de extranjero – era un hombre evidentemente negro. Por lo tanto ni la policía ni los que allí aguardaban se metieron conmigo. Ahora bien, en la madrugada entró un hombre afrodescendiente a la estación, y todos los allí presentes le pidieron que fuera donde mi y que me hablara.

Es una película muy dura. Se te queda pegada a la piel. Es claustrofóbica. Sabes que al final, mueren. Te da pena y lloras. Hotel Mumbai (Dir. Anthony Maras, Australia, 2018), narra la historia de un ataque terrorista, de una célula de fundamentalista musulmanes, en la ciudad industrial de la India, Mumbai. Es una película donde realmente, la felicidad y la alegría no existe. Ni para los agresores ni para los agredidos.

La vi en un avión ayer. Cuando investigué encontré que se había presentado en Puerto Rico de forma muy discreta el pasado 1 de noviembre de 2018. Parece que nadie la fue a ver. Ni las personas afroboricuas, ni el resto de la población se interesó por esta película. Es curioso, pero el racismo, como sus narrativas de exclusión e invisibilización tienen sus formas y maneras de hacerse presente en Puerto Rico.