A los 12 años me enamoré de una adolescente bellísima tenía mi edad estudiábamos segundo grado de primaria los dos éramos excelentes alumnos. Recuerdo que la timidez que yo tenía en ese entonces era inenarrable, lo que hacía era entregarle cartas recuerdo que en una de tantas me escribió lo siguiente: “sabes, tengo una pregunta por curiosidad, espero la respondas con honestidad ¿por qué no me enamoras en la escuela, me gustaría escuchar de tus labios todo lo que bonito que me expresas en papel?
A la siguiente semana le respondí la misiva, aplicando la escusa perfecta: “desde que te conocí soy el hombre más feliz sobre la faz de la tierra y deseo que lo nuestro sea eterno y que mejor a través de estas cartas, el día que yo sea un ‘escritor famoso’ a lo mejor no estaré contigo pero sí en tu mente. Si yo te enamoro hoy verbalmente mañana nada recordarás en cambio en estas cartas si las guardas te servirán de inspiración a cada momento de tu vida, por esa razón prefiero plasmar mis sentimientos a través este medio”…